En 1900 llega a la compañía, gracias el esfuerzo de sus voluntarios, una nueva bomba a vapor, marca Waterous y traída desde Canadá. También arrastrado por caballos, la novedosa tecnología de la Santiago la ubica como la mejor bomba a vapor del Cuerpo durante muchos años, incluso superando en prestaciones al material nuevo que fue llegando con el paso de los años.

Deja de prestar servicios en 1923 y, así como con su llegada dejó fuera a La Ponka, ahora con su partida desterrará al vapor para dar entrada a la moderna era de las bombas automóvil.

Fue vendida a la Primera Compañía del Cuerpo de Bomberos de San Bernardo, donde aún se conserva 100% operativa en la sala de máquinas del cuartel, siendo rebautizada con el nombre de Victoria.